domingo, 24 de julio de 2011

Historia fugaz


Una ciudad playera
nos unió por casualidad
en un verano
que tuvo de todo menos tranquilidad.

Todo lo que se
mirándote a los ojos lo aprendí,
y durante esos días
no dejé de pensar en ti.

Tú y tu sonrisa,
que del oeste veníais,
entrasteis sin hacer ruido
mientras mi mundo girabais.

Yo y mi cabeza,
que del este somos,
os acogimos sin recordar
lo miedosos que éramos.

Tu perfume me hechizó,
tu sonrisa me perforó,
tu cuerpo me enganchó
y tu mirada me remató.

Una terraza fue testigo
de nuestro fugaz amor
y de cómo nuestros caminos
se fundieron sin temor.

La distancia no llegó
hasta el momento del adiós,
en el que tu olor
en mi cabeza se quedó.

Un bolígrafo y tu goma
es lo que de ti me queda
para poder evitar
que lo que siento por ti ceda.

Y es ahora cuando lo temido
se hace realidad,
y el verte se transforma
en una necesidad.




SDLP